domingo, 19 de septiembre de 2010 | By: Abril

Llega el invierno


Llega el invierno y el frío obliga a recogernos, el cielo se queda en pausa y la calle es un desierto de color sepia por las farolas.

Aquí dentro, en mi casa y en mi cama, es más invierno. La manta me aburre en las cordilleras de sus arrugas, pero deja ver los fantasmas de mis pies en calcetines blancos. Me entretengo moviendo ahora el dedo gordo, ahora el pequeño, juego con marionetas mientras pienso en ti, mientras caigo en la tramposa alquimia de los recuerdos.

Llueve en mi cara y en la calle, en la acera y en mi pecho. Rielan las gotas por mis ojos o golpean los lagrimones en las ventanas. Llueve, hace frío y me entrego al sintético abrazo de la manta que no me quita las ganas del tuyo, ni la sábana es tu piel, ni la almohada tiene tu voz y no hay sustitutos para lo que se echa de menos.
Se fue el verano, te fuiste tú y llegó el invierno. Me encojo y me acurruco para afrontar la helada en la calle y en mis sesos.

(Marcos Hernando Jiménez)