lunes, 18 de febrero de 2013 | By: Abril

Carta para Lucía

 

Bien, siempre olvido decirte lo que realmente importa, siempre me quedo sin palabras cuando hablo contigo, son tantas cosas las que quiero compartir que me asalta esta especie de inseguridad en mis argumentos....Olvido decirte que te quiero.

Yo, un idiota con la cabeza afeitada y poco más dejo mucho que desear en todo lo que toco, en todo lo que pretendo plasmar... Nunca acierto en la diana, me queda sólo esta sensación de saber que me queda algo por decir, que me queda otra oportunidad, siempre existe ese resguardo que me salva de mis autismos sentimentales.

Yo, un idiota con la cabeza afeitada, no soy sólo esa voz en off que vacila de una prepotencia que le provoca esta sociedad en la que vivimos, me refugio en mis debilidades y eso se nota, vamos que si se nota... Soy algo más.

Siempre he creído que lo que se expresa escribiendo no se es capaz de volver a reproducirlo hablando y eso es algo que tengo marcado en todo lo que digo en cada caldo que lidio con buen o con mal pie, lo siento pero entre otras cosas soy humano y entre otras cosas sufro la debilidad de ser vulnerable a lo que siento...

Llevar esta amistad, esta complicidad en silencio, en el letargo de la oscuridad me está haciendo crecer como persona y cuanto menos como ciudadano x...Estoy aprendiendo de ti, no sé quizás el qué y el cómo pero siento la necesidad de desafiar al mundo tras hablar contigo, siento la prepotencia de mirar por encima del hombro al resto del planeta tras colgar la conversación de rigor con la cual alimentas algo más que este vacío que a veces me abduce... Alimentas mi corazón. Ha sido muy grande dar contigo y mucho más grande es el saber a ciencia cierta que es cierto, que pasa el tiempo, ya casi dos meses y esto funciona, seguimos al pie del cañón con esas ganas dementes de querer mucho mas, de querer lo que por derecho la vida nos debe, de querer que todo salga bien........... Estoy muy seguro de ti, eso me hace partícipe de una paz interior que no he sabido canalizar a lo largo de mi vida y que por mera casualidad me veo obligado a enfrentarme a mi mismo. Me siento extraño al verme reflejado en el espejo, al hablar solo de temas que quizás nunca hubiese tocado y que por supuesto estaban destinados a ser pasto del olvido por la más absoluta manía esta de reprimir lo que hierve bajo la piel.... Bajo la piel del corazón.

Cada vez me ahoga más esta impotencia del teclado y me limito a escribirte todo aquello que por miedo no sé como decirte..... Me atraca el impulso de morir en tus brazos, de morir en tus palabras para más tarde buscar el exilio en tu aliento y poder sentirme fuerte.... Te echo de menos. Todo siempre es mucho más sencillo y como tal mucho más duro que la misma realidad y como tal, valga la redundancia, mucho más cercano...

Quisiera pregonar lo que te quiero a voces sordas de teclado, quisiera gritar este vacío de no tocarte, quisiera llorar las noches que me gustaría que estuvieses por aquí, pero me quedo con el consuelo de que sé que cobraré todos los intereses, de que saldaré esta deuda en algún momento, mientras tanto pago aduana al cruzar algún mensaje a tu móvil, pago el impuesto revolucionario por haberte conocido, pero me siento especial por sentir bajo mi piel lo que me trasmites y eso me hace ser algo más que un personaje anónimo destacado entre tanto sentimiento por atar...

Son tantas las cosas que te quiero preguntar, son tantas las vivencias que quiero compartir, son tantas las ganas de seguirte el rastro que no me veo capaz de empezar yo solo... Es inevitable, juegas un papel clave al día de hoy en esta partida de ajedrez que no es otra que mi vida, sin trampa ni cartón, esta partida de ajedrez, recuerdo que siempre se ha visto destinada a quedarse en tablas, por fin comienzo a saber que puedo conseguir el jaque mate....

Reconozco que soy débil, este correo lo pone de manifiesto, pero claro eso tú ya lo sabes...Yo sé que lo sabes y es por esto que todo lo que pretendo plasmar cobra sentido por sí solo... Te echo de menos.

(Pako Punk)