martes, 19 de febrero de 2013 | By: Abril

Coleccionando derrotas


Fuera lo que fuese, todo surgió así sin más. Nunca hubiera creído que me fuese a pasar esto a mí. Supuestamente yo era una experta conjugando las mil formas de sufrir el verbo amar, pero una vez más volví a caer. Empezamos a hablar y enseguida vi que eras diferente. ¡Qué tópico! o ¡típico! Siempre se suele caer en lo mismo, pero aún así, sabiendo y siendo consciente de esto, me convencí de que sí, que esta vez sí había encontrado a alguien especial, diferente o especialmente diferente.
Me emborraché de tu carisma y me enganché a ti casi de manera enfermiza. Te veía tan perfecto... que si me hubieras pedido lo imposible lo habrías tenido al instante. Nunca nadie me pareció tan interesante. Me contabas tantas historias... Tanto aprendí, que no me importaba pasarme noches casi enteras escuchando tus experiencias,. Me enamoré de tu mente brillante y perdí mi consciencia por tus ojos de mar; soñaba con tu boca rozándome e imaginaba tu piel imantada a mi piel.

Mientras... tú, aparecías y desaparecías, te tomabas tu tiempo. Yo nunca te preguntaba ni te pedía explicaciones. Siempre cuando regresabas yo te esperaba con una gran sonrisa y lágrimas haciendo carreras. Se convirtió en un juego triste, pero siempre te comprendí y me valieron tus excusas, incluso me pareciste una víctima. Realmente sí que lo fuiste: eras una víctima de ti mismo, de tu lucha con tu yo y sobretodo de saber y ser consciente que la única manera de no hacer daño a nadie era estar tú sólo, pero a mí no me hacías daño; lo que me duele ahora más que nada es estar sin ti.
Por eso no sé si nuestro adiós fue provocado en forma de prueba de amor hacia mí o todo fue fruto de mi imaginación. No obstante, me quedo con aquello que me decías: "No olvides nunca, que te quiero a mi manera" A mí me daba igual la manera, sólo quería que fuera verdad y decirte "yo también te quiero, te amo, te adoro..."
 
Ya nunca va a ser nada como antes de conocerte. Ahora me encuentro en un punto en el que no quisiera pensar ni recordar nada, pero es imposible, fueron tantos planes..., tantos "¿te imaginas...?", tantas miradas al futuro juntos... tantas palabras bonitas... que ahora sin todo eso, ya no creo que pueda salir el sol mañana, y sin embargo saldrá y todo volverá a rodar de nuevo. Sólo tengo que volver a subir a esta loca noria de la vida, y tratar de dejar este vicio tonto de coleccionar derrotas.

 
(Marisa. Del programa radiofónico "Es Amor")