viernes, 10 de enero de 2014 | By: Abril

Me lo dijiste a quemarropa


Para: Ti, (que me lo dijiste a quemarropa)

Tengo que contarte cómo viví yo ese momento, cómo lo sentí y lo recuerdo… no sé si hoy en día me recuerdas o yo esté aún en tus pensamientos, pero para mí fue uno de los momentos más tristes de mi vida… Pero me hiciste aprender y la moraleja, jaja, te la cuento más adelante.

Ahí estaba yo preparando el peinado más hermoso, tratando de aplacar mi afrodescendencia para complacer una fantasía erótica con la cabellera de Demi Moore o de Jennifer Aniston, me puse el sostén que más ajustaba mis dos picadas de mosquito, me maquillé, me combiné perfectamente de marrón y me perfumé. Iba al encuentro de mi galán, mi príncipe como le decía, lo esperé a la salida de mi trabajo cual florero… en la puerta, orgullosa… deseando que todos envidiaran al hombre que vendría a buscarme, ¡Ja!, pensé, mírala pobrecita con ese que le es infiel y yo que me gané el Kino con mi mangazo, y aquella otra, ¡Ja! Tan cursi como le dice "mi cuchi cuchi" al novio…

Heme aquí parada porque me dijo que quería hablar, ¡tan bello! Seguro se viene a disculpar porque me contestó un poco mal la otra vez, o viene a decirme que me compró un regalo hermoso, es más… seguro lo pensó bien y quiere que viajemos juntos a hacer ese postgrado que tanto anhela… no, no, no, no ¡¡¡ya sé!!! está dispuesto a ayudarme con mi proyecto de tesis y viene a ofrecerme unos temas… ¡¡Ay, Dios mío, si eres grande!! Me has premiado con un ser cariñoso, sensual, solidario, buen amigo y amante, que admiro con todo mi ser, con el que iría ida y vuelta a la luna sin pensarlo, a quien veo como padre de mi hijo y los muchos que quisiera tener a su lado… príncipe. Pero, ya han pasado 20 minutos de la hora pautada y comienzo a angustiarme… Qué raro, si dijo que venía en camino, pero ¿en camino de dónde? ¿¿Porqué no se apura?? Qué pena se me está chorreando el maquillaje y esta humedad me está “frizando” el cabello, me duelen los pies, no aguanto estos tacones…

¡¡Por fin!! … ¡Hola amor! Hola. ¿Como estás príncipe? Bien. ¿Te pasa algo? Vamos a esperar llegar al café, ¿te parece? Ok, pero en realidad no quiero café, ¿vamos por un helado? Como tú digas... (Dios, que bello ¡¡me complace en todo!!) Y fuimos a una heladería donde vendían helados costosísimos y de todos los sabores… Pedí una tinita de chocolate para que no se viera caro y afectara el presupuesto de mi amado… mmhh él pidió una barquilla doble con sirope… (la que yo hubiese querido)…Te cité aquí porque NECESITO QUE HABLEMOS… Me tomó la mano y la comenzó a besar, pero su mirada era diferente, ¿qué paso? Me lo cambiaron… hubo un error, este no es mi príncipe… ¡¡¡Auxiliooooooo!!! Me lo robaron, este no es mi príncipe… y con una certeza absoluta, definitoria, e inquisitiva comenzó a hablar y me dijo: Eres una mujer excelente, luchadora y preciosa, pero me tengo que ir y no quiero compañía, te quiero, pero no te quiero a mi lado, te adoro, pero prefiero la soledadno estoy preparado… Y yo como un venado esperando la mordida del tigre, las pupilas dilatadas, el corazón a mil, el rímmel recontra chorreado, el cabello enroscado y los pies morados, le pregunté: ¿Preparado para qué? (¿Dónde se prepara uno para amar?), ¿Estás seguro? (más seguro que la muerte), ¿Lo pensaste? (creo que mil veces) y ahí me quedé con ese corte violento de patas… a quemarropa… sin permiso.

Ahora sí, moraleja: Nunca te alises el cabello por alguien que no te quiere… ni un pelo.

De: Mí (que ya me recuperé)

(Marisela Arraiz Rizzo)